miércoles, 17 de diciembre de 2008

Relato V. Parte 2


No puedo dormir, no consigo olvidar lo que he vivido hoy en el metro, ha sido horrible. Se que no debería sentir más que lástima, ya que no conocía de nada a aquel chico pero por algún motivo las cosas han pasado de esta manera ,se ha suicidado delante mío y me ha dirigido sus últimas palabras y ello me involucra en su muerte.

¿Por qué lo ha hecho? Ahora es cuando pienso que ni siquiera recuerdo bien lo que me dijo, algo de unas cámaras eso si, pero ¿A qué se refería? Quizás debería dormir o al menos intentarlo y dejar de repasar mentalmente una y otra vez el momento en el que el metro arrollaba su cuerpo a la oscuridad de sus vías. ¡Que muerte más horrible! ¿Habrá sentido dolor o su agonía no ha durado más que el segundo del impacto? Prefiero no pensarlo, estoy volviendo a llorar.


A la mañana siguiente decidí que todo quedaría en una macabra anécdota. Siempre hay una persona que en un una reunión de gente tiene alguna historia alucinante. A partir de ahora yo tenia la mía: “pues yo un día estaba en el metro y vi como se suicidó un chico”. Caras de sorpresa y algunas de lástima por haber presenciado tal espectáculo y a seguir la vida. No obstante el trayecto al menos por algunos días no seria en metro. Pasaba una línea de autobús que me dejaba bastante cerca de la universidad así que hasta que pudiera entrar en el metro sin pensar en lo ocurrido, decidí que el autobús seria lo mejor.


Cuando entré en el autobús reparé en un detalle que no me había fijado nunca: habían instalado una pequeña cámara encima del conductor que abarcaba todo el vehiculo. ¿Había estado ahí siempre? Si lo había estado no me había dado cuenta.

Es curioso, cuando viajas en transporte público, la de cantidad de rostros que puedes ver en un día y de lo más variado. Hace tiempo idee una pequeña distracción para aquellos días en los que no llevaba un libro para leer o mi i-pod se había quedado sin batería. El juego consistía en observar detenidamente a una persona, su ropa, gestos, facciones y que llevaba encima y averiguar quien era, a que se dedica, hacia donde viaja, etc. Digamos que juego a inventarme su vida, es posible que me equivoque en la mayoría de los casos, pero pensar que comparto la mayor parte del día con desconocidos puede resultar hasta paranoico, mejor ponerles identidades aunque sean ficticias.

Las clases fueron más lentas y pesadas de lo normal esa mañana, y aunque me esforzara por no recordar lo ocurrido el día anterior mi mente era más poderosa que mi voluntad. Hice un esfuerzo sobrehumano por adentrarme en el maravilloso mundo de la Microeconomía y por suerte el hecho de no enterarme muy bien de la clase me ayudó mucho a vaciar mi cabeza. El profesor estaba de pie en el estrado intentando hacer un grafico sobre algo de elasticidades que bien puedo afirmar que no le interesaba a nadie de esa clase, ¡dudo que le interesase ni a él mismo!




Poco a poco mis ojos fueron barriendo la clase, era curiosa su distribución. El estrado por donde se paseaba el profesor estaba más alto que el nivel del suelo y las filas de asientos iban en ascenso como si se tratara de un anfiteatro romano. En teoría está ideado para que todo el mundo vea la pizarra sin ser tapado por el de delante pero a mi me distraía mas. Normalmente me sentaba arriba y desde ahí tenia una visión global de toda la clase y de todas las caras de aburrimiento. De repente algo llamó mi atención, ¿hoy estaba más observadora de lo normal? No recordaba que una cámara reinase la pared principal de la clase, orientada a la tribuna de asientos. En ella una lucecita roja parpadeante indicaba que estaba grabando. ¿Cuantas cámaras habría en los sitios más recónditos? Fue entonces cuando recordé claramente las palabras de aquel chico: - nos vigilan en todas partes, pero no lo hacen por nuestra seguridad.
Una sensación de angustia recorrió mi cuerpo, me estaba empezando a obsesionar por todo este tema. Decidí salir de clase. Por suerte en las universidades públicas no es obligatoria la asistencia a clase así que nadie impidió que saliera de clase a falta de una hora para que acabase.


Una vez fuera en el pasillo, noté que empezaba a marearme. Una sensación de nauseas recorrió mi boca y me percaté que mi equilibrio empezaba a desvariar. No me encontraba nada bien y me dirigí al lavabo. ¿Que me pasaba? Estaba asustada por algo que desconocía por completo. No era normal que me obsesionase por algo tan estúpido, las cámaras se colocan en los sitios públicos para vigilar por nuestra seguridad y yo no tenia la culpa de que aquel chiflado estuviera en contra, ¡ joder!



Me mojé la nuca con agua para quitarme el mareo de encima y miré la imagen que devolvía de mí el espejo, no tenia buena cara, aquella noche definitivamente no había dormido. Decidí que ya era hora de hacerlo así que recogí mis cosas y puse rumbo a mi casa.

Por el camino estuve mas atenta a paredes y lugares públicos y ahí estaban, siempre lo habían estado pero nunca había me había parado a mirarlas. En cada esquina de la calle había una, dentro de cada autobús, en las puertas de los bancos, en joyerías, estancos, etc.

Ya en casa me puse la tele y me calenté la comida que en un principio me había llevado para comer en la universidad. Desplegué un periódico gratuito que cogí en el autobús y me puse a leer. No llevaba ni dos páginas cuando vi la noticia que no debería haber visto nunca: Una joven se suicida esta mañana en el metro de Barcelona. Seguí leyendo la noticia sin parar ni para asimilarla. “ La joven se arrojó a primera hora de esta mañana a las vías del metro de línea verde en la parada de Tarragona. No hay testigos pero las cámaras de seguridad han grabado el suceso. Aún se desconoce la identidad de la chica, la policía está investigando el caso. El caso será tratado como secreto de sumario, la única información que ha transcendió ha sido una nota de suicidio que segundos antes del suicidio ha dejado en el andén. En ella solo aparece la dirección de una página Web.”

La foto que venia junto a la noticia era de la nota que había dejado. Apunté la página Web en un papel de la lista de la compra. Otro suicidio.. En dos días , dos. ¿Debía empezar a pensar mal?

Cuando terminé de comer me tumbé en el comedor a ver la tele. Desde que vivía sola tenia la tranquilidad de hacer lo que quería cuando me apetecía pero de vez en cuando necesitaba el calor familiar cerca y más en momentos así. No duré mucho rato viendo la tele, mi cabeza no dejaba de repetir una y otra vez la dirección de la página Web. Encendí el ordenador y la teclee lentamente. No sabía si quería saber más de ese tema pero en parte estaba en deuda con aquel chico y mi cabeza no iba a dejar de darle vueltas hasta que aclarase que le intentó decir el día anterior.

Lo que el ordenador me devolvió me dejó atónita, quizás no debería haberse metido en esto pero ya estaba dentro.

7 comentarios:

Shimetzu dijo...

!!!!!!!!

Me has dejado sin palabras! Quiero más, quiero saber como continua, quiero entrar en el estado de "tensión y concentración" en el que estoy cuando leo este relato...

Lo que me resulta curioso es que hayas cogido las cámaras como elemento "clave". Y creo que en las próximas entregas sabré porqué es ;)! (o eso espero, sino ya te lo preguntaré cuando nos veamos xD!)

Un besito wapa, como siempre, impresionante!

kaisser dijo...

La muerte siempre ronda la vida, unos la enfrentan otros sólo la siguen... él se dejó envolver por su seducción y todo terminó.

Un saludo, tus letras invitan a seguir leyéndote

Shania dijo...

Shimetzu; eres mi fan number one! que paciencia tienes conmigo eh? jajaja. sobre lo de "las camaras" ya he tenido una charla contigo en el msn, que has intentado sacarme datos claves y secretos de cmo continua la historia jajaja has intendado hacerte a ti mismo spoiler! Besos

Kaiser: gracias por pasarte! espero que sigas leyendome seducido por esta invitación de mis letras. Besos

Shimetzu dijo...

Y la que seguiré teniendo si sigues escribiendo así ;)!!! Nada, nada de spoilers (que los odio pero estoy impacienteee xD) A ver cuando sacas la continuación ^^!

Un besitooo!

Rosalía dijo...

Hola:
ESto cada vez se pone más interesante!!!!!!
Me seguiré pasando a ver en que termina
Un beso
Rosalía

asesino_en_la_noche dijo...

Shania, te odio, pero sé el nombre de esa maldita página web y la voy a buscar ahora mismo... porque me están vigilando.

Anónimo dijo...

EN UNA PALABRA: ¡GUAO!
no me a podido desenganchar ni mi madre!! Iba a comer,pero me he pasado todo el almuerzo pensando.Gracias de verdad!! tus relatos me inspiran un montón!!
Besitos!!
Amanda.