miércoles, 10 de diciembre de 2008

Relato V. Parte 1

Hoy es otro día de mi vida, un día aparentemente normal como cualquier otro, pero no va a ser a así. Yo todavía no lo sé, pero lo que va a pasar me cambiará por completo. Es curioso como llevamos nuestro día adelante. Si tuviéramos la certeza de lo que nos deparará el futuro seguro que cambiaríamos algunas acciones. Yo las hubiera cambiado…

Suena el despertador.

- ¡¡Dios..!! ¿Ya son las 7:00? No puede ser, si hace nada que me he acostado...

Aquella mañana, no voy a decir que me costara levantarme más que otros días pero si que me sentí realmente pesada, por suerte encender la radio me hizo sacar fuerzas de flaqueza de algún rincón de mi cuerpo y decidí que el desayuno me alegraría un poco.
Mientras desayunaba intenté hacer un repaso mental de las clases a las que tenia que ir obligatoriamente y las que no. Estábamos a finales del semestre así que me podría permitir faltar a algunas si veía que me estaba agobiando, además tenía varios “contactos” que me facilitarían apuntes. Un intento de sonrisa asomó por mis labios, la verdad es que podía faltar a todas las asignaturas y aún así tener apuntes para los exámenes finales Si que tenia “contactos” si...

Me vestí lo más rápido que pide, y no voy a engañar, con lo primero que pillé. Reconozco que soy una chica que no se preocupa demasiado por su aspecto físico. Siempre he pensado que lo que de verdad importa es el interior, tener algo que llene el cerebro y un poco de simpatía por los demás, lo demás es una manera de disfrazar un poquito el ego propio, para tenerlo más bonito.
Cremallera de la chaqueta hasta tapar la nariz y a la calle, otro día de universidad y trabajo, en fin, el camino hacia el éxito era largo y aburrido, al menos durante el trayecto podía fantasear con ser rica alguna vez en la vida. Total, de momento soñar ¡es gratis!

Caminé por las calles aún dormidas y oscuras con la cabeza baja pensando en mis cosas sin reparar en el detalle que ese día no había mucha gente en la calle, pensé que era la única gilipollas que madruga tanto y más siendo las fechas navideñas que eran. Al fondo, la boca del metro... en invierno era como una bendición. A medida que te vas acercando te ves envuelta en un aroma calido y a la vez empalagoso que emana de su interior, pero si se es capaz de olvidar los muchos olores que allí se mezclan se agradecen los minutos que se pasan allí dentro, calentita.
Tampoco había nadie en el metro y ya era raro, me imaginé que fuera por el frío, la gente caminara rápido y por esto no hubiera tanta gente en la calle pero ¿en el metro? De repente mi cara empezó a cambiar

- Perfecto, no me digas que lo han cerrado, y voy a tener que ir a pie. Vuelvo a casa...

Seguí avanzando hasta las maquinas donde se validan los tickets y nada me interrumpió el paso así que no estaba cerrado y confirme que si, era la única gilipollas que había madrugado esa mañana. Una vez dentro miré de reojo el tiempo que estimaba la simpática pantalla para que llegase el primer metro, 10 minutos… genial. Saqué un libro que siempre tengo metido en el bolso y me puse a leer. Al poco entró un chico. ¡Menos mal! Ya empezaba el movimiento diario. 8 minutos para el metro.

Reconozco que la novela no me enganchaba mucho, no estaba mal pero últimamente devoraba libros solo por distraerme sin elegir cuidadosamente al autor y en este me había equivocado por completo. Menudo fiasco, una historia sin sentido ninguno. Mis ojos seguían leyendo obligados por mi mente para hacer mas amena la espera pero no conseguía engancharme. Leía las frases una y otra vez para intentar coger el hilo de la historia pero era imposible, algo me estaba distrayendo. Entonces me di cuenta que estaba más pendiente de los movimientos de aquel chico, que por el momento junto a mi, era la única persona del metro. No paraba de moverse de un lado para otro con pasos lentos y cortos y miraba la cuenta atrás de la simpática pantalla. 5 minutos. Tampoco faltaba tanto para que llegara, debía tener mucha prisa. Relájate, pensé. Me estaba poniendo hasta impaciente. Volví a mi lectura. 4 minutos.

El movimiento de su cuerpo no era normal, no andaba de un lado para otro ansioso, era como si moviera su cuerpo hacia detrás y hacia delante, titubeando. No parecía estar muy cuerdo, ¿drogas? ¿Alcohol? Pero... ¿de buena mañana? 3 minutos. Por suerte una vez dentro del metro me sentaría lo más alejada y no tendría que ver más la cara de ese lunático.


De repente dio la vuelta y me miró fijamente, me pilló mirándole en una de esas miradas que se te escapan de un libro nada interesante y giré la cara rápida para evitar cualquier tipo de contacto. Demasiado tarde, empezó a moverse hacia mí.

- ¿Hay cámaras en el metro verdad? Me preguntó, como si fuera la mejor manera de romper el hielo.
- Si, no se que pretendes pero si que hay cámaras y llevo un spray antivioladores en el bolso- . Solté con desgana y estupidez. No me infundía ningún respeto ni tenia miedo que me hiciera algo, mi frase más bien vino a mostrar mis pocas ganas por establecer una conversación.
- Nos vigilan en todas partes, pero no lo hacen por nuestra seguridad.
- Lo siento, no sigo tu rollo… y falta un minuto para el tren ¿quieres...?
- Hay un juego, yo formo parte de él y vamos a descubrir a quienes nos vigilan y porqué. ¿quieres salvarte?
- …
- Nuestro juego ha empezado y tú tarde o temprano tendrás que elegir un bando.

Justo cuando mi mayor insulto iba a ser proyectado por mi boca para mandar a la mierda a semejante loco, ví que quedaban 40 segundos para la llegada del metro y decidí levantarme girándole la cara con mi peor gesto de borderia y subirme al metro.
Cerré el libro, y mientras a lo lejos de las vías escuché como se aproximaba, guardé rápido todo en el bolso y me dispuse a levantarme. Él se levanto primero y muy lentamente fue avanzando hacia el metro, andaba mas lento de lo normal a pesar de los segundos que faltaban para que llegase el metro por eso me llamó la atención y me di cuenta que ni me había levantado, estaba sentada mirando fijamente sus movimientos.

Avanzaba lento pero seguro, ya veía entrar en metro en el túnel. Siguió avanzando sin variar su marcha y justo cuando sobrepasó la línea donde la gente suele esperar a que pare el metro y entrar me di cuenta de lo que pasaba. Aquel chico no paró y lo único que alcancé a ver con claridad es un destello de luces junto a un ruido ensordecedor del metro avisándole que parase y su cuerpo arrojándose al metro. Había calculado sus pasos con tal precisión que se tiró a la vía justo cuando el tren pasaba por delante de el, colisionando con su cara en un crujido de huesos que jamás olvidaré. El maquinista intentó frenar pero fue demasiado tarde, su cuerpo ya había pasado a formar parte del amasijo de hierros y maquinaria de los bajos del metro.




La vía se llenó de sangre y un grito de terror salió de mi garganta. ¡Se había suicidado delante de mis ojos! Las lágrimas empezaron a brotar por mi cara en un llanto que me hizo caer al suelo. Seguía sola en el andén, tirada en el suelo de rodillas, llorando por una persona que ni conocía. Pero aún y así, me había dedicado sus ultimas palabras y eso me hacia responsable de su muerte, en parte. ¿Que pensaría su familia? ¿Quien era? ¿Que quería decirme?

El conductor bajó del metro y buscó su móvil para alertar a la policía supongo, se acercó a mi y me preguntó si estaba bien. No recuerdo ni su cara, estaba bloqueada, de repente el calor del metro se me antojó agobiante y no pude dejar de llorar.

5 comentarios:

Gittana dijo...

Pues que tu cree???? que todavía me falta más de la mitad de tu blog, para leer, me quedé en el video del calkentamiento global...

ASÍ QUE LE SIGO MAS AL RATITO...

Shimetzu dijo...

Me has dejado sin palabras durante un rato...En parte se veía a venir que ese tio se iba a tirar...pero nose, como tus otros relatos, me ha llegado y he sentido pena por el el y, sobretodo, por ella...ver una escena así tiene que marcar mucho...y, nose si es xk he estado mirando El Internado hasta ahora, se me pasan un monton de preguntas por la cabeza...¿Quién era? ¿Qué ha querido decir? ¿Fanstasía o realidad? ...

Como siempre, enhorabuena por el relato ;)!

Un besito wapa!

PD: Opino como Laura, la tia de tu cabecera seguro que pasa frío!

Zamarat dijo...

Una historia que no deja indiferente. Enhorabuena!

Shania dijo...

Gittana: Gracias por visitarme! uff si estás por ahi aun te falta un ratito para llegar a las nuevas actualizaciones pero me ha encantado que lo empezaras desde el principio, espero que te guste!! ya me diras! Besosss

Shimetzu; cosa numer one, ya he cambiado la cabeceraaaaa , ya no pasara frio jaja. Y dos, muchas gracias por leerte todos los relatos que he ido haciendo y comentarlos , me ayudas mucho ya lo sabes eh? Este relato he pensado en segurirlo eh? asi que tranqui que iré desvelando tus dudas, si quieres que siga no dudes en votar. Besoss

Zamarat: Gracias por leerte el relato, espero que te haya gustado y estoy abierta a criticas y cambios de historia eh? un besito!

asesino_en_la_noche dijo...

Hasta llego a sentirme culpable por no saber como lo podría haber evitado si estuviera allí. He conocido a gente con ese tipo de esqizofrenia. Necesitan el cariño como cualquiera, pero los rehuyan hasta sus familiares

Dedico una lágrima a todos los incomprendidos de este mundo.